Biografia

lunes, 16 de mayo de 2011

El Camino de la Foz de Arbayún

Este Domingo Pamplona amaneció como uno de esos días de primavera que tanto añorábamos. Cielo despejado, el sonido de los pájaros, ¡sí! habéis oído bien, el sonido de los pájaros, es lo que tiene despertarse cuando apenas unas horas antes otros llegaban a su casa, después de una larga noche de juerga.
Una vez abierta la ventana y tomado la primera bocanada de iré fresco, me prepare un zumo fresco de naranja y un buen café, después me dispuse a preparar una viandas para el camino que tenía preparado para hoy, este camino iba a ser muy entretenido y con unas imágenes perfectas para plasmarlas en este blog.

Este nuevo camino, se encuentra como los últimos que he realizado, en mi querido prepirineo Navarro, el prepirineo es de tal belleza e intensidad natura listica que bien podría ser considerado, en su conjunto, un objetivo prioritario de os amantes de la aventura, las travesías y los paisajes espectaculares. Son numerosos los cañones, los bosques y hasta las zonas habitadas de gran belleza e importante grado de conservación.
Con todo este mapa que se disponía ante mí, en esta ocasión me decante por el retazo más espectacular, el de Arbayún para abrir apetito en esta nueva temporada. El festín será recorrer toda la provincia entera. A la Foz de Arbayún se llega saliendo de Pamplona por la carretera 240 de la red del Estado en dirección Jaca. Más tarde deberemos desviarnos en Lumbier y desde esta preciosa localidad que cuenta con otra Foz de igual valor y belleza, dirigirnos hacia Navascués, y entre Domeño y el desvío a Bigüezal encontraremos esta maravilla. La localidad más cercana a esta zona protegida es Usún.
Esta zona protegida es de difícil acceso, con lo cual os recomiendo, que si la visitáis, lo recorráis por su borde superior, donde disfrutareis al igual que nosotros, de unas fantásticas vistas desde unos observatorios acondicionados para tal fin.
Para los que no sepáis de que paraje os hablo, os diré que estamos en un cañón de potencia y espectacularidad sobresalientes, un lugar para poder desconectar del día a día y así poder encontrar una vez más, parte del Camino perdido.
El rio Salazar ha excavado paredones de manifiesto perfil vertical, consiguiendo en algunos puntos, 70 metros de altura de media, llegando en algunos puntos a los 300 metros de altura entre las aguas cristalinas del rio y el límite superior del acantilado. El cañón tiene algo más de 6km de longitud, lo que nos permite descubrir infinidad de paisajes de gran belleza con 300 e incluso 500 metros de anchura.
Pero lo que más me hace disfrutar de este paisaje, es comprobar cómo el rio que fluye por estas paredes, se deja acompañar de un soto en el que crecen los sauces, algunos chopos y los olmos, aunque es el relajante olor del fresno el que domina todo el soto. Pero no penséis que acaba aquí este singular resumen vegetal, jeje. Más alejados del agua pudimos disfrutar del cambio que supone pasar de bosques mediterráneos al bello paisaje atlántico (pasar del encinar y el carrascal a las madroñeras siguiendo por mis amados pinares de silvestres o albares y terminando en hayedos).
Como no podía ser menos en tan fantástico Camino, pudimos disfrutar de uno de los paraísos de la fauna rupícola, con su especie más representativa, el buitre común, que cuenta en Arbayún con una gran colonia, la cual podría ser considerada una de las más grandes del país. Búhos y Águilas reales, grajillas, cuervos, halcones, etc., nos acompañaron durante la visita a este paraje. De lo que nos quedamos con ganas fue de poder fotografiar algún tejón, zorro, jabalí, jineta, gato montés o la escurridiza marta, pero en esta ocasión y aunque son muy comunes en la zona, no pudimos disfrutar de su visión. Quién sí hizo acto de presencia fue el inconmensurable Falco Peregrinus, más conocido por Halcón Peregrino, esa preciosa ave que pudimos reconocer por sus alas largas y estrechas y su cola recta, unos de los seres más veloces de este mundo, llegando a alcanzar hasta los 300 km/h .
Después de su visita, dándonos la bienvenida a su habita, partió raudo y veloz, quiero creer que Camino de Santiago para así poder darle aun más valor y significado a su nombre.
Una vez descubierto este paisaje, este mundo, este paraíso escondido en mi querida Navarra, disfrutamos de una copiosa comida en un lugar de ensueño, el Castillo de Javier del cual os hablare en el siguiente blog.
Tras esa suculenta comida, pudimos degustar en nuestros paladares el buen sabor de un tradicional Pacharán casero y unas alpargatas de Javier. Más tarde nos encaminamos de vuelta a Pamplona para así poder guardar en la retina, la memoria y en este blog, este nuevo Camino que me ha llevado a un lugar de encanto y me ha ayudado a acercaros a todos los que me seguís, ha conocer uno de esos Caminos con encanto, uno de esos Espíritus del Camino.