Biografia

viernes, 19 de noviembre de 2010

¿Final del Camino? - O Comienzo de muchos otros más.


Lo lógico en estos casos es analizar lo recorrido, en mi caso lo único que querría ahora mismo es comenzar de nuevo, volver a vivir otra vez de nuevo todo o vivido. Este camino al margen de la convivencia, del grupo o de mil historias más, ha significado mucho más.
Reconozco que cuando comencé este viaje, solo pensaba en desconectar, en dejas atrás problemas y malos tragos, por un momento, desconectar y aislarme de todo. Lo bueno de todo esto es que no solo he podido desconectar, sino que he tenido la oportunidad de de conocer el Camino, la vida y la forma de verlo, de muchísima gente, gente que con el tiempo se ha convertido en parte importante de esta aventura.
Pero cuando digo que he conocido gente en esta aventura, no me refiero en exclusiva a gente que realizaba el camino, me refiero a toda esa gente que hemos ido descubriendo por el camino, incluso gente que tenemos en nuestras vidas y que gracias a un peregrinaje como este, comenzamos a valorar más aun si cabe.
Gracias a este Camino y al tiempo invertido en el, he tenido tiempo de volver a recuperar recuerdos casi olvidados en mi memoria, momentos que me han hecho valorar realmente, donde están los amigos, la gente que de verdad te importa y a la cual tu realmente le importas. Os pido disculpas, si lo que esperabais encontrar aquí era un resumen de esta aventura. Hoy me siento con ganas de afrontar viejas deudas pendientes, ha llegado el momento de acordarse de la gente que ha significado algo en tu vida. Creo que este camino me ha abierto un nuevo horizonte y gracias a ello creo que hoy comenzara a caminar una nueva persona.
Durante este camino recordé muchísimas veces a una misma persona, a mi abuelo Francisco, para mí, la persona más grande de mi vida, junto con mis padres. El fue el encargado de desarrollar mi imaginación, aun recuerdo sus batallas contra piratas, en las que el siempre salía vencedor o como vencía a gigantes para salvar a sus compañeros, historias de la infancia que me marcaron para toda la vida. Después vendrían historias de verdad, crudas pero reales, donde me inculcaba el respeto por los demás y donde me descubrió los horrores de una guerra entre hermanos (algo que debemos intentar no repetir nunca más, decía el). Ese abuelo que suplió a mi padre en los momentos en que este ultimo navegaba por medio mundo.
La siguiente persona en quien he pensado durante este viaje es en el, en mi gran capitán, en mi padre, orgullo de una familia, de una raza, es mi gran capitán, mi viejo lobo de mar. Lo que más he lamentado durante toda mi vida, es no haber podido compartir más tiempo a su lado, parece mentira, que tengas que estar lejos de una persona para darte cuenta de cuánto dependes de ella, de cuanto la quieres y sobre todo de cuanto la respetas.
Como no, la otra persona de quien no podía olvidarme es de la mujer que me dio la vida (mi madre), de la más bella, la más cariñosa, de la única mujer a la que nunca dejare de querer nunca. Digo esto porque mujeres en la vida de un hombre, discurren muchas, desde la primera novia a la cual crees no poder olvidar nunca más, mas tarde llegara la que será la mujer con la que compartas tu vida. Todo ese cariño existe y es enorme pero queda relegado a un segundo plano, cuando nace tu primer hijo o hija, en ese momento todo queda en un segundo plano, a excepción de tu madre, la primera persona que ves nada más abrir os ojos, la primera persona que te da calor y amor de verdad, por eso no podía olvidarme de ella.
Más tarde, y paso a paso, vas conociendo gente en el camino que te recuerdan a seres queridos o apreciados que tal vez tenias medio olvidado. Este viaje, te permite compartir una chimenea, una taza de café, momentos que dan pie a conversaciones que se alargan durante toda una noche y te permiten hablar de tu gente, de tu vida de tus anécdotas, las cuales, como he dicho, te hacen recordar a gente que casi tenias olvidada.
Este camino me ha hecho pensar en que los amigos de verdad se encuentran en t vida desde siempre, esos que siempre están ahí y como yo digo, esos que sobre todo están ahí, cuando las cosas van mal. Por eso tenía ganas de agradeceros a vosotros todo lo que me ofrecéis día a día, paso a paso. Hablo de vosotros, todos los del barrio, todos esos locos que creasteis ese grupo de Aqueles Maravillosos anos da Torre, también vosotros, los amigos de verdad del equipo de rugby Os Ingleses ( por algunos de vosotros volvería a dejarme romper costillas y huesos), pero también en este camino, habéis tenido espacio los nuevos amigos, algunos de los cuales ya son indispensables para mi, Javito, de quien me acorde durante todo el viaje ( ojala estuvieses aquí para hacer el camino conmigo), David ( el propietario de nuestro pequeño reducto Galo “ O Rincón de Berdón” mi cuñado ficticio, jejeje) cada vez que paraba en un bar a tomar algo me acordaba de ti y de todos los del bar.
Este viaje me ha dado tiempo como digo a recordar a viejos amigos, muchos que ya no están, como Remo, como Luis (Chulin), de Juanjo (el de ermitas), de Fernando (mi compañero de remo), de mi primo Emilio, de Tucho, de Lolita, de tantos y tantos que ya no estáis pero que fuisteis piezas fundamentales de la vida de este pequeño ser.
Pero no os preocupéis porque este es el primero de muchos viajes, así que tendré tiempo de pensar y de hablar de todos los demás. Muchos quedáis en el tintero, porque si no tendría que estar escribiendo durante meses para recordar a amigos y enemigos, je je je.
Pero no podría dejar este artículo sin acordarme de los nuevos amigos, esos amigos que ha traído a mi vida mi hermano Diego. De esos locos que han compartido viaje y aventura, José, Richard, Edu, sois grandes, gracias una y mil veces por todo lo que habéis aportado a este viaje y a mi vida en tan solo unos días (que para mi serán de los mejores de mi existencia. Gracias por meterme ese gusanillo de nuevo, por la aventura. Por culpa vuestra, esto no acaba aquí, sino que comienza, este es el primero de mis futuros viajes, cada año intentare realizar uno o una parte de los muchos Caminos de Santiago, pero no solo quedará ahí, sino que inventaremos o crearemos nuevas rutas , no todas relacionadas con el camino. Pero es que como dijo una vez un gran sabio, el Camino, no siempre estuvo ahí, alguien fue el primero, pues ahí voy yo, ¡Por qué no crear nuevas rutas, nuevos senderos!
Bueno amigos aquí termina este pequeño homenaje a todos los que habéis estado, estáis y estaréis ahí.
¡Hasta la próxima!
¡Qué pensabas!, ¿que no me iba a acordar de ti?, je je je. Como me podía olvidarme de ti, de mi alma gemela, de esa luz que guía mis pasos, sin ti no sería nada. Gracias por la paciencia que estas teniendo, el destino quiso que nos encontráramos y mira tú por dónde, a echo que estemos juntos.
Gracias por tus palabras de ánimo, gracias por cuidarme aunque a veces sea en la lejanía, gracias por regalarme tú último beso cada noche. Mi niña eres lo mejor que me ha pasado en la vida y eso no se puede olvidar. Aunque estuviese a mil kilómetros de Ti, no podría dejar de pensar en ti. Este Camino también es tuyo, en gran medida, porque gracias a él he podido comprender lo fundamental que eres en mi vida. Aunque existan problemas, momentos difíciles, momentos malos, piensa que tras la tempestad viene la calma y en la calma siempre estas tu. Como diría mi viejo lobo de mar “tu suegro”, eres la luz de guía de ese faro que indica donde está el puerto donde resguardarse.
Solo te pido paciencia, con este pobre loco, que desde el día que vio tu sonrisa, no ha podido olvidarla.
Gracias “niña de los ojos tristes”, conseguiré que algún día vuelvan a brillar. Te amo.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Ultimo suspiro.

Los últimos kilómetros de nuestro viaje, desde el Monte del Gozo hacia la Plaza del Obradoiro, comienzan con un descenso por el negro asfalto de la Rúa do Gozo hasta nuestra meta. Tras pasar sobre la A-9, el río Sar y la vía férrea, llegamos al barrio de San Lázaro. Tras dejar atrás la Ermita de San Lázaro (obra realizada a principios del S. XX), seguimos nuestro camino por la Rúa Valiño, Fontiñas y Fonte dos Concheiros, calle que recibió este nombre por ser el barrio donde se asentaban los vendedores de concha de Vieira, con la que todos los peregrinos regresaban a sus hogares.
Al final de la calle nos encontramos con la Plaza del Cruceiro de San Pedro, desde donde iniciamos un ligero ascenso por la Rúa de San Pedro, siguiendo la calle pudimos llegar al lugar donde se ubicaba la Puerta del Camino que en su día sustituyo a la Porta Francigena. Después recorreríamos, Las Rúas de Las Casas Reales, Las Animas, Plaza de Cervantes, Azabacherías, por fin llegamos a La Vía Sacra y mi bien querida Plaza de Quintana, después rodeando la Torre del Reloj, atravesamos la Plaza de las Platerías, lugar por donde antaño entraban los peregrinos Franceses. Nosotros continuamos por la Rúa Fonseca hasta la Plaza del Obradoiro. Comentar para los que no conozcáis Santiago y en especial esta plaza, que esta monumental plaza fue consecuencia de la expansión de la catedral hacia el Oeste, ya que inicialmente no era más que una gran loma, sobre la que en principio se asentó una necrópolis y más tarde un cementerio romano. A fin de crear un lugar donde los peregrinos pudiesen concentrarse frente a la fachada Oeste, se decidió allanar toda la zona.
Por fin nuestra meta había llegado, cuando esta plaza se abrió majestuosa ante nosotros, las caras de satisfacción eran la nota predominante en todo el grupo. La alegría había dejado atrás los sinsabores de estos últimos días, ver la cara de satisfacción de José al comprobar que pese a sufrir durante todo el camino ese fuerte dolor en las piernas, había podido cumplir con su peregrinación, hizo que me sintiese satisfecho.
Tras llegar a la Plaza del Obradoiro, nos hicimos la foto de rigor, eso si, después de habernos abrazado y disfrutado de comentarios varios. La gente que circulaba por la Plaza, se paraba al ver a un grupo de 21 locos pegando botes de alegría. De ahí, directos a la oficina del peregrino , donde minutos después salíamos, orgullosos con nuestra ansiada Compostela, la cual acreditaba la consecución de nuestra aventura.
Una vez sellada la credencial y obtenida todos la Compostela pertinente, el grupo se dividió en dos, unos decidieron entrar en la Catedral y disfrutar de la majestuosidad del templo, pudiendo disfrutar de una varazo merecido al Santo, momento en el que José, casi nos hace llorar a todos, haciendo mención a sus hijos. Creo que en ese momento el que mas o el que menos, recordó a seres queridos, yo como no, me acorde de mi hermana, una de las causantes de que hiciese esta peregrinación, mis padres, mi sobrina, pero sobre de todo de mi niña, a la que pronto podría abrazar y besar.
Después de encontrar un albergue donde poder ducharse y dejar las bicicletas, nos dispusimos a encaminar nuestros pasos hacia mi querido y adorable pueblo, Villagarcia de Arosa, donde Diego había preparado ya, la dormida y una cena fantástica en un Furancho, para así poder mostrarles a estos locos, como se cena en nuestra tierra. Después de disfrutar de una cena, donde anécdotas y comentarios, dieron paso a canticos y abrazos, llego el momento de la primera despedida, instante en el que muchos encaminaron sus paso hacia el hostal donde pasaríamos la noche, a la espera de poder disfrutar al día siguiente, de uno de los mejores mercadillos de la zona. Tras llegar al hostal, algunos decidieron meterse en cama a descansar y otros optaron por tomar una copa (no diré nombres para que nuestras chicas no se enfaden, je je). Tras la copa, directos al hotel y al día siguiente ruta por Villa, para disfrutar de sus bares, pinchos y tapas variadas y demás productos de la zona. En definitiva, tras esta noche daríamos por finalizada nuestra aventura, pero ese es otro tema, ahora a descansar, al día siguiente, me aguardaría, viaje a Santiago a llevar las maletas de algunos buenos amigos y de ahí, derechitos al albergue a montarle en la furgoneta, las bicis a todo el mundo, ya que todo el mundo exceptuando Edu, Richard, Diego y Yo, nos quedamos para organizar la vuelta del material, el resto, paseo por Santiago y viaje en avión para la isla.
La verdad es que a muchos de los que compartieron esta aventura conmigo, los echare de menos, gracias a todos por vuestra camaradería, en especial a los cuatro que comenzaron conmigo esta locura, del resto, algunos me habéis demostrado el verdadero significado de la palabra compañero, con los restantes, lamentar no haber tenido el suficiente tiempo para poder conoceros. Espero que disfrutarais casi tanto como yo.
Desde aquí quiero enviar un enorme abrazo y mi agradecimiento, a todos los que hemos ido conociendo durante todo nuestro camino de peregrinación, los cuales han aportado su granito de arena, para así poder transformar este viaje en una autentica aventura. Gracias a todos y todas por vuestra amistad, vuestras palabras de aliento y los buenos momentos compartidos con vosotros.