Biografia

domingo, 14 de noviembre de 2010

Ultimo suspiro.

Los últimos kilómetros de nuestro viaje, desde el Monte del Gozo hacia la Plaza del Obradoiro, comienzan con un descenso por el negro asfalto de la Rúa do Gozo hasta nuestra meta. Tras pasar sobre la A-9, el río Sar y la vía férrea, llegamos al barrio de San Lázaro. Tras dejar atrás la Ermita de San Lázaro (obra realizada a principios del S. XX), seguimos nuestro camino por la Rúa Valiño, Fontiñas y Fonte dos Concheiros, calle que recibió este nombre por ser el barrio donde se asentaban los vendedores de concha de Vieira, con la que todos los peregrinos regresaban a sus hogares.
Al final de la calle nos encontramos con la Plaza del Cruceiro de San Pedro, desde donde iniciamos un ligero ascenso por la Rúa de San Pedro, siguiendo la calle pudimos llegar al lugar donde se ubicaba la Puerta del Camino que en su día sustituyo a la Porta Francigena. Después recorreríamos, Las Rúas de Las Casas Reales, Las Animas, Plaza de Cervantes, Azabacherías, por fin llegamos a La Vía Sacra y mi bien querida Plaza de Quintana, después rodeando la Torre del Reloj, atravesamos la Plaza de las Platerías, lugar por donde antaño entraban los peregrinos Franceses. Nosotros continuamos por la Rúa Fonseca hasta la Plaza del Obradoiro. Comentar para los que no conozcáis Santiago y en especial esta plaza, que esta monumental plaza fue consecuencia de la expansión de la catedral hacia el Oeste, ya que inicialmente no era más que una gran loma, sobre la que en principio se asentó una necrópolis y más tarde un cementerio romano. A fin de crear un lugar donde los peregrinos pudiesen concentrarse frente a la fachada Oeste, se decidió allanar toda la zona.
Por fin nuestra meta había llegado, cuando esta plaza se abrió majestuosa ante nosotros, las caras de satisfacción eran la nota predominante en todo el grupo. La alegría había dejado atrás los sinsabores de estos últimos días, ver la cara de satisfacción de José al comprobar que pese a sufrir durante todo el camino ese fuerte dolor en las piernas, había podido cumplir con su peregrinación, hizo que me sintiese satisfecho.
Tras llegar a la Plaza del Obradoiro, nos hicimos la foto de rigor, eso si, después de habernos abrazado y disfrutado de comentarios varios. La gente que circulaba por la Plaza, se paraba al ver a un grupo de 21 locos pegando botes de alegría. De ahí, directos a la oficina del peregrino , donde minutos después salíamos, orgullosos con nuestra ansiada Compostela, la cual acreditaba la consecución de nuestra aventura.
Una vez sellada la credencial y obtenida todos la Compostela pertinente, el grupo se dividió en dos, unos decidieron entrar en la Catedral y disfrutar de la majestuosidad del templo, pudiendo disfrutar de una varazo merecido al Santo, momento en el que José, casi nos hace llorar a todos, haciendo mención a sus hijos. Creo que en ese momento el que mas o el que menos, recordó a seres queridos, yo como no, me acorde de mi hermana, una de las causantes de que hiciese esta peregrinación, mis padres, mi sobrina, pero sobre de todo de mi niña, a la que pronto podría abrazar y besar.
Después de encontrar un albergue donde poder ducharse y dejar las bicicletas, nos dispusimos a encaminar nuestros pasos hacia mi querido y adorable pueblo, Villagarcia de Arosa, donde Diego había preparado ya, la dormida y una cena fantástica en un Furancho, para así poder mostrarles a estos locos, como se cena en nuestra tierra. Después de disfrutar de una cena, donde anécdotas y comentarios, dieron paso a canticos y abrazos, llego el momento de la primera despedida, instante en el que muchos encaminaron sus paso hacia el hostal donde pasaríamos la noche, a la espera de poder disfrutar al día siguiente, de uno de los mejores mercadillos de la zona. Tras llegar al hostal, algunos decidieron meterse en cama a descansar y otros optaron por tomar una copa (no diré nombres para que nuestras chicas no se enfaden, je je). Tras la copa, directos al hotel y al día siguiente ruta por Villa, para disfrutar de sus bares, pinchos y tapas variadas y demás productos de la zona. En definitiva, tras esta noche daríamos por finalizada nuestra aventura, pero ese es otro tema, ahora a descansar, al día siguiente, me aguardaría, viaje a Santiago a llevar las maletas de algunos buenos amigos y de ahí, derechitos al albergue a montarle en la furgoneta, las bicis a todo el mundo, ya que todo el mundo exceptuando Edu, Richard, Diego y Yo, nos quedamos para organizar la vuelta del material, el resto, paseo por Santiago y viaje en avión para la isla.
La verdad es que a muchos de los que compartieron esta aventura conmigo, los echare de menos, gracias a todos por vuestra camaradería, en especial a los cuatro que comenzaron conmigo esta locura, del resto, algunos me habéis demostrado el verdadero significado de la palabra compañero, con los restantes, lamentar no haber tenido el suficiente tiempo para poder conoceros. Espero que disfrutarais casi tanto como yo.
Desde aquí quiero enviar un enorme abrazo y mi agradecimiento, a todos los que hemos ido conociendo durante todo nuestro camino de peregrinación, los cuales han aportado su granito de arena, para así poder transformar este viaje en una autentica aventura. Gracias a todos y todas por vuestra amistad, vuestras palabras de aliento y los buenos momentos compartidos con vosotros.

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